ENTREVISTA: El facsimil y los NFTs explicado por un experto: MARIANO ZUÑEL CÁRCELES

Desde SZES FORENSIC hemos querido apoyarnos en un gran profesional de las Artes Gráficas, Perito Judicial y Grafólogo, para que nos explique lo que es un facsímil, y como podemos detectarlo para evitar comprarlo como una firma original. Así mismo los NFTs, concepto nuevo que no se termina de entender.

Mariano Zuñel Cárceles es colaborador y amigo de nuestra empresa. Conoce todas las técnicas de impresión como offset, flexografía, huecograbado, serigrafía, impresión digital, etc.

Empezó trabajando desde muy joven en compañías de fotomecánicas, hasta montar un negocio propio, dedicado a la preimpresión.

Destaca su importante faceta como diseñador gráfico, ilustrador y escritor.

Todos estos conocimientos los plasma en su tarea como Perito Judicial, estando dado de alta en la mayoría de Decanatos de España.

Pueden tener una mayor información sobre él en www.zdesign.es y mariano@zdesign.es

-Mariano ¿puedes explicarnos qué es un facsímil?:

En realidad la palabra facsímil se aplica a una copia casi exacta de una obra gráfica. Puede tratarse casi de cualquier tipo de documento, por ejemplo, un manuscrito, un libro, una obra de arte, mapas o, simplemente una firma.

Eso sí, habría que diferenciar entre una falsificación, que es la copia que pretende hacerse pasar por auténtica, y el facsímil, donde debe quedar constancia clara de su naturaleza no original. Normalmente indicándolo, incluso con la palabra "facsímil", de forma visible en la copia, por los materiales empleados o por los documentos que la acompañen.

Habitualmente, los facsímiles, se realizan copiando documentos de gran valor porque realizar una buena reproducción suele conllevar un gran coste de tiempo y materiales.

Por supuesto, en este tipo de reproducciones siempre las hay de más o menos calidad. Así que, podemos encontrar facsímiles fabricados con casi los mismos materiales y tintas empleados en el original, que puedan llevarnos a casi no distinguirlos, también encontrar facsímiles donde el tratamiento y los materiales dejen claro que se trata de una copia, aún manteniendo una buenísima calidad. Pero, también encontraremos facsímiles muy burdos y de pésima calidad e, incluso, de pésimo gusto.

Existen muchas editoriales especializadas en reproducciones de facsímiles, los cuales llegan a ser muy cotizados en el mercado coleccionista. Son muy conocidos en España los facsímiles "casi originales" de los códices del Beato de Liébana, incluso por profanos en la materia, debido a la extensa campaña de promoción y venta que hizo su editorial, M. Moleiro.

Yo mismo he participado en la creación de libros facsímiles de diversos autores a lo largo de mi carrera. Hace poco hemos realizado tres sobre los libros del poeta murciano Vicente Medina, pero, donde se incluyen notas de investigación y páginas con las transcripciones del original dejando claro que es una copia y no una falsificación.

-¿En lo que respecta a las firmas, qué precauciones puede adoptar un profano en la materia para que no sea víctima de un fraude, comprando un facsímil como una firma manuscrita ?

Es difícil que un profano pueda distinguir una firma original de una falsificación. Y en este caso quiero dejar claro que si se trata de un intento de fraude no estamos hablando de un facsímil sino de una falsificación. Insisto en que un facsímil debe dejar clara su condición de copia. Si alguien está haciendo pasar una firma facsímil por una firma original es porque esa evidencia de copia ya no está presente y el facsímil se ha convertido en documento falso o falsificado aunque no fuese su naturaleza original.

Aunque quizá no viene al caso, quiero diferenciar aquí entre un documento falso, que ha sido realizado en su totalidad por un falsificador y un documento falsificado, que es el documento original pero manipulado o alterado. Así, por ejemplo, podríamos encontrarnos con una firma original de un autor y que, manipulando por ejemplo la fecha del documento donde se encuentra esa firma, obtuviésemos la "última firma" de alguien cuando originalmente esa firma era mucho anterior.

No sé si lo he dejado suficientemente claro. Pero, en todo caso, el cotejo de firmas y la verificación de su autenticidad debe ser realizada siempre por uno de los numerosos expertos en Grafística que existen hoy en día.

Es preferible asumir el coste de un buen experto a verse envuelto en un delito tipificado por las leyes de falsificación documental.

-La crisis de las Artes Gráficas clásicas, debido al desarrollo de la impresión digital, te ha llevado a reinventarte como Perito en Artes Gráficas y Grafología, incluso has llegado a realizar tasaciones de obra pictórica para un juzgado de Madrid, ¿Puedes comentarnos algo al respecto?

Lo que podríamos llamar la "crisis" de las Artes Gráficas a mi entender no ha sido mas que la irrupción de las nuevas tecnologías en esta disciplina. Nuevas técnicas de reproducción, así como maquinaria de artes gráficas de una calidad técnica increíble donde una empresa de Artes Gráficas hace hoy en día el trabajo que antes realizaban entre varias, un nuevo concepto de marketing y la irrupción de internet, así como la crisis del papel que venimos sufriendo desde hace años y eleva su precio.

En mi caso, mi relación con las Artes Gráficas siempre ha sido muy técnica, centrándome en un mundo tan desconocido, incluso por impresores, como es la fotomecánica y la preimpresión. Las fotomecánicas ya casi han desaparecido o son parte del taller de impresión y se llaman departamento de preimpresión y, en muchos casos, de diseño. Así que esta profesión de los fotomecánicos, como lo soy yo, ha quedado casi fuera del mercado por su gran especialización y porque las nuevas tecnologías suplen ya gran parte de nuestro trabajo. No quiero decir sólo a que comenzamos haciendo fotomontajes y contratipos que ahora no son necesarios gracias al diseño asistido por ordenador, sino más recientemente debido a las nuevas máquinas de impresión tanto tradicional como digital y a la filmación directa de planchas. Así como a la fotografía digital que ha acabado casi por completo con el oficio de escanista de escaner cilíndrico encargado de digitalizar originales de diapositivas o fotografías y documentos "opacos".

Estas nuevas tecnologías han permitido a muchas personas dedicarse al diseño gráfico o, de alguna forma, a crear documentos para su impresión (digital o tradicional) sin conocimientos previos de ningún tipo sobre Artes Gráficas, arrinconando a profesionales con alta capacitación que ya no somos tan imprescindibles como antes.

Actualmente es difícil encontrar un nicho de mercado donde poner en valor nuestros conocimientos y, más aún, teniendo en cuenta esa "crisis" de las Artes Gráficas que antes comentábamos.

Y perdona que entrecomille la palabra crisis. Es porque la impresión en el mundo crece, pero la imprenta tradicional decrece. Pensemos en el envasado, en el sector editorial y en la impresión funcional, todo esto está creciendo, pero, la industria de las Artes Gráficas es un sector muy complejo y diverso en cuanto a tecnologías empleadas y otros segmentos del sector están en retroceso.

También la excesiva competencia, el aumento de los costes y la reducción de márgenes, están dejando fuera a buenos profesionales o ofertando puestos con sueldos muy ridículos.

Así que, en mi caso, y gracias a mi formación tanto en el mundo académico como laboral, he podido dirigir mis pasos hacia el mundo judicial y poner a disposición de todos mis conocimientos sobre la materia.

Gracias a la experiencia que tengo en Artes Gráficas he podido acceder a una titulación que me permite ofrecer mis servicios en conflictos sobre la materia a juzgados o a cualquier proceso de arbitraje.

También, mis estudios en Historia del Arte me han facilitado ofrecer esos peritajes sobre obras de arte.

Y mi afición, desde joven, sobre la Grafología ahora me ha permitido completar más mis estudios sobre la materia hasta conseguir la titulación necesaria y poder ofrecer estos conocimientos a juzgados o departamentos de recursos humanos de empresas que quieran tener un elemento más de juicio en la elección de candidatos para determinados puestos de trabajo.

En realidad todo está relacionado en mi evolución profesional y creativa, ya que comencé como dibujante. Lo de escribir es una afición intima, ya que aún no me decido a publicar nada, que he ido completando durante bastantes años con cursos sobre guión de cine. Pero, no es algo a lo que me dedique profesionalmente.

-Estás ahora con un proyecto referente a NFTs ¿piensas que este tipo de certificaciones tienen futuro en el arte y explicarnos en qué consisten?

Para mí es un proyecto y un tema muy interesante. Se trata de los NFTs, Tokens Non-Fungibles (tokens no canjeables), que en realidad son certificados de propiedad.

Son una herramienta nueva que certifica digitalmente la propiedad de cualquier cosa. Están muy relacionados con las criptomonedas y de un uso y aplicación global, es decir, en todo el mundo.

Son, como digo, una herramienta extraordinaria para los creativos y compradores.

En el mundo del arte no solo tienen un futuro espectacular sino que ya tienen un presente que se puede comprobar a poco que googleemos el término en internet. Y no lo digo solamente por las altas cifras que han alcanzado algunos NFTs en subastas, sino que es una garantía para los creadores y los inversores o compradores, sobre la autoría de una obra.

Ahora es un terreno desconocido para la mayoría, pero, han venido para quedarse. Pensemos que esto no es incompatible con el copyright o el registro de derechos de autor, pero sí es un complemento y, en muchos casos, los reemplaza.

Como en todo, hay que tener cuidado con los fraudes, que también existen en este tema, pero, trabajando con expertos es más difícil que se cometan.

Para explicarlo a los profanos, el NFT es un certificado global sobre la propiedad de algo, de cualquier cosa, y, en la mayoría de los casos, sobre su autoría.

Actualmente tenemos la idea de que se está aplicando esta tecnología a contenidos digitales, pero, no es solo así. Se aplica a contenido digital, lo cual nos ha abierto un mercado muy interesante a los creadores digitales, pero, también se está aplicando a todo tipo de bienes, desde yates de lujo a propiedades inmobiliarias, documentos históricos y mil cosas también materiales.

En concreto, un NFT es un certificado único pero certificado por multitud de servidores digitales, que contiene todo tipo de información sobre su trazabilidad, autoría, posesión, derechos de autor, o cualquier cosa.

Un NFT permite al autor, entre otras cosas, seguir cobrando derechos cada vez que su obra se comercialice. Permite, al comprador, mantener su precio de mercado en forma de criptomonedas invariable siempre que lo desee, aunque la cotización de esa criptomoneda aumente o disminuya en relación con las monedas tradicionales. La obra protegida por o creada como NFT se convierte en un activo financiero muy estable.

No es tan sólo, como se ha comentado, que alguien quiera pagar por sentir que posee algo, es que ese certificado NFT le hace poseedor real de un valor tan tangible como lo son nuestras cuentas bancarias.

E, insisto, no solo se aplica a obras de arte, sino que, por ejemplo, podríamos vender nuestra casa, o cada uno de los ladrillos de ella, como NFTs y comercializarlos en el mercado. Solo necesitamos alguien que los quiera adquirir.

En el mundo del arte está suponiendo una revolución. Por ejemplo, el Museo Belvedere de Viena ha vendido 10.000 Nfts de su cuadro más famoso, "El Beso" de Gustav Klimt a un precio de 1.850€ cada uno, ingresando unos 20,9 millones de dólares. Lo que quiere decir que, el cuadro permanece en la Galería, pero los propietarios lo poseen mediante certificados NFT.

Imaginad el futuro.

      Gracias por habernos atendido y esperamos seguir contando con tu amistad y colaboración. Que tengas mucha suerte en estos nuevos proyectos. Ponemos tus datos de contacto a continuación por si alguna persona está interesada en tus servicios.

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