Tinta invisible. Una medida eficaz de seguridad

02.03.2022

La tinta invisible, en todas sus variedades, ha estado ligada desde muchos siglos atrás a temas de seguridad y de espionaje.

Otra de sus denominaciones es la de tinta simpática. Este nombre fue utilizado la primera vez por el químico francés Nicolas Lemery, en 1675.

Tinta simpática. Nicolás Lemery
Tinta simpática. Nicolás Lemery

Llamamos tinta invisible o simpática aquella que no se percibe a simple vista y necesita de una estimulación térmica, reacción química o una determinada longitud de onda de luz para poder ser visualizada.

Hay distintos tipos de tintas invisibles, dependiendo de si están confeccionadas con productos orgánicos o químicos.

Mucho antes de que Lemery hablara de ellas y las denominara como simpáticas, ya se habían utilizado.

Efectivamente, con Plinio el Viejo (nacido en el año 23), tenemos noticias de la utilización de un tipo de tintas invisibles. En su "Historia Natural" nos habla de la savia de las plantas que, al secarse, desaparecían y al calentarlas se volvían a ver.

Ya en los siglos XV y XVI los famosos ninjas utilizaban la técnica deL "aburidashi", con semillas de soja. También ésta se hacía evidente por calor.

La artista Kaori Homma utiliza esta técnica a manera de grabados al fuego, con el resultado de una obra llena de fuerza y a la vez de fragilidad.

Obra de Kaori Homma
Obra de Kaori Homma

Giovanni della Porta (siglo XVI) ideó un sistema sofisticado para enviar mensajes a sus amigos, presos por la Inquisición. En los huevos, previamente cocidos, escribía con una tinta especial, a base de pigmentos vegetales y alumbre. Debido a la porosidad de la cáscara, la tinta pasaba al interior. Después los hervía para eliminar cualquier rastro que quedara por fuera. El preso, al romper el huevo, podía leer lo escrito desde la parte interna de la cubierta. Nos lo contó en su libro "Magia Naturalis".

En la Primera Guerra Mundial, Inglaterra detuvo a agentes alemanes que pasaban misivas escritas con zumo de limón. Este producto ha sido muy utilizado a lo largo de la historia, como base de estos líquidos escriturales.

También, en esta Guerra, el Servicio de Inteligencia Secreto inglés, conocido como M16, utilizó el semen humano para la fabricación de tinta invisible, llegando a calificarlo como el mejor producto para este fin.

Su descubridor fue, no podría apellidarse de otra manera, Mansfield Cumming.

La CIA, pasado un determinado tiempo de seguridad, va desclasificando documentos que están considerados como secretos.

De los referidos a la Gran Guerra aparecen, en algunos de ellos, fechados en 1917 y 1918, referencias a la tinta invisible. Se habla de cómo prepararla y cómo hacer el revelado para poder visualizarla: mezclar sulfato de hierro y cianuro de potasio o almidón de arroz con tinta y agua. Para leer el texto oculto, se recomendaba una mezcla de agua, yoduro de potasio y ácido tártrico.

La importancia dada a esta tinta queda demostrado por el hecho de que cada 25 años, la agencia estadounidense, repasa documentación y si no es segura su desclasificación la prorroga otro periodo igual. A estos papeles se les permitió ver la luz 90 años después.

En 1940 tenemos otro caso de utilización de tinta simpática, relacionada con el espionaje.

El famoso doble espía Juan Puyol, alias "Garbo", y su mujer, utilizaban para sus mensajes cifrados, un líquido que le hacían llegar los alemanes, en cápsulas de medicamento contra la tos, y que servía para escribir, siendo invisible al secarse. Se revelaba con amoníaco.

Son numerosos los hechos en los que ha intervenido la tinta simpática como medio para pasar textos sin ser percibidos.

Por recordar uno más reciente, la detención en el 2008 de un militante de Al Qaeda, estando en posesión de tres libros de contactos de la red terrorista impresos con este tipo de tinta.

Como hemos visto se pueden elaborar con productos orgánicos, químicamente o mixtos. Así mismo se hacen visibles por distintos procedimientos.

En SZES FORENSIC empleamos una producida químicamente. Se trata de tinta simpática que se hace visible en un determinado espectro lumínico, correspondiente a la banda del ultravioleta.

Reproduce un sello cuyo original se realizó a plumín y con caligrafía cancilleresca.

En nuestros certificados lo situamos encima de la firma del certificador.

Posee algunas otras particularidades que no mencionaremos y que lo hace de difícil falsificación.